martes, 1 de marzo de 2016

EL FRASCO DE LA CALMA. MARÍA MONTESSORI

¡Buenos días!

¿Conocéis el método de relajación: Frasco de la calma?



Se trata de un frasco compuesto por pegamento, agua, champú, purpurina y otros ingredientes que hará que tengan un movimiento casi hipnótico que ayude al niño a controlar sus rabietas y mantenerlo entretenido, entre otras cosas, siempre y cuando se utilice de manera correcta haciéndole comprender al niño o la a la niña que se trata de un método para sentirse bien.

Este frasco de la calma está dirigido a las familias para poder controlar las rabietas que pueden afectar al niño y perder los nervios del adulto. Con él se pretende poder canalizar el estrés y la ansiedad potenciando la respiración y la calma gracias a la concentración.

Esta idea está ideada en la pedagogía de María Montessori. Su objetivo principal es que tanto padres como niños puedan regular sus emociones negativas pudiéndolas canalizar y que, de este modo, los sentimientos de rabia, ira o tristeza puedan entenderse desde la calma. Todas las emociones por las que pueda pasar el niño son importantes y se deben poner palabras para que se pueda crear una conciencia para cada una de las emociones. Esta metodología hará que, en un futuro se puedan reconocer ciertas emociones con más claridad y, por lo tanto, se puedan dominar mejor.

El frasco de la calma también está dirigido a los padres. Éstos lo podrán utilizar con niños y niñas a partir de los dos años de edad. Con este método podremos calmar la ansiedad, los nervios o el estrés tanto del adulto como del niño con la prioridad de concentrar la atención en los movimientos relajantes del interior del frasco. Por ello, es muy importante, al realizar la manualidad, que el frasco quede bien sellado para que no se pueda abrir bajo ninguna circunstancia.

Para poder calmar las rabietas y lograr llegar a un estado pacífico es necesario que, para acompañar a la acción, también se realice un tono cordial con el pequeño y se proporcionen instrucciones sobre la respiración.  Así podremos darle consciencia de cómo él mismo es capaz de controlar sus emociones y cómo puede despejar su mente, cuidar su respiración y notar cómo el miedo, el estrés y la ansiedad van desapareciendo.

Cabe destacar que este método no es un castigo ni, al aplicar esta metodología debe parecerlo. Es una técnica que debe aplicarse como método de relajación. Es importante entender que las amenazas y los castigos no caben dentro de la técnica del frasco de la calma. Los adultos deberemos proporcionar esta técnica como una inversión para que los niños aprendan a controlar el estrés y la frustración, algo que les ayudará a medida que vayan creciendo a ser adultos exitosos que saben controlar sus propias emociones de manera correcta.

Cuando el niño se siente estresado su ritmo cardíaco y su respiración se acelera por lo que puede sentir un bloque en sus pensamientos. Concentrándose en la brillantina del frasco y en sus relajantes movimientos, podrán empezar a pensar con mayor nitidez para poder, tras controlar su ira, poder retomar el motivo del enfado de manera más relajada y buscar las soluciones desde la calma y la serenidad. Para ello es muy importante que el adulto acompañe al niño durante todo el proceso. Éste deberá darle instrucciones al niño para que sepa cómo debe hacerlo.

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